Asistir al mantenimiento y mejora en la calidad de vida
Generando en los pacientes y sus familias experiencias significativas que despierten sentimientos de logro, autovalía y respeto.
Reconocer, apoyar e intervenir en la problemática silente del deterioro cognitivo incipiente
Las alteraciones cognitivas son procesos inicialmente silenciosos; en cada persona se manifiestan de forma única. Una intervención criteriosa implica no sólo conocer exhaustivamente los signos y los síntomas asociados, sino escuchar atentamente cómo se afecta la vida cotidiana, el padecimiento que conlleva, en qué momento de la historia de cada paciente empiezan a aparecer estos déficits, para poder ponderar objetivamente el grado de afectación y así arribar al tratamiento adecuado.
Trabajar de manera interdisciplinaria
Cada especialidad aporta una parte indispensable del conocimiento, pero la interacción de ellas potencia la capacidad diagnóstica y la conducta terapéutica en beneficio del paciente. Aceptamos el valor de cada disciplina pero abordamos al paciente como un todo indivisible.
Formación y actualización continua
La ciencia avanza minuto a minuto, por lo que es requisito para una buena atención el conocer las últimas investigaciones, estar en contacto con el resto del mundo científico e integrar los nuevos conocimientos a la práctica y experiencia clínica consolidada.